Hola a todos.
Bueno como dije en mi nota anterior, Don Nicolás llamó a sus hijos Anndrés y Angel y les dijo: Miren esta factura que ha hecho Carlos. Miren qué prolijidad, que hermosa escritura!
Revisé todos los cálculos y están perfectos!
En el interín de que el cliente pagó y retiró las mercaderías, Don Nicolás me llamóa la caja nuevamente y me dijo delante de sus hijos: Carlos a partir de mañana, tu dejas el lampazo ( mapo), la escoba y todos los artículos de limpieza y trabajarás en la oficina.
Por tal motivo quiero que estudies contabilidad y dactilografía.
No lo podía creer lo que estaba sucediendo! Cuando mis compañeros se enteraron, me decían: Bravo Chiquito, felicitaciones!
Ni ellos mismos podían creerlo.
Fue increíble esa oportunidad que se me presentaba. Yo no sabía si estaba soñando o qué!
Cuando llegué al restaurant y les conté a mis padres, no se lo esperaban y se pusieron tan contentos!
Créanme que ya empezaba un cambio en mi rutina. Fui a la academia Pitman, me inscribí para aprender Contabilidad y en la Academia L'aide para aprender dactilografía. Empecé inmediatamente los estudios.
Cuando llegué al trabajo, entré a la oficina, me recibió Don Nicolás, me mostró el escritorio que usaría a partir de ese momento.
Me presentó también al Contador Sr. Manuel Osorio. Una persona muy agradable, de un hablar pausado, para nada estridente y con muy buen trato. Yo hablaba con él cuando hacía la limpieza de la oficina, siempre me trató muy bien.
Me dió la mano y me dijo: Bienvenido, te felicito por el paso muy importante que estás dando en tu vida. Me contaron que tienes muy buena caligrafía, que eres muy prolijo y que eres muy bueno con los cálculos matemáticos. Me alegro mucho.
Yo te voy a ayudar en todo momento, te voy a enseñar todo lo necesario, para que puedas ir aprendiendo este trabajo que es, muy importante para cualquier empresa y de mucha responsabilidad.
Nunca olvidaré ese momento ni esas palabras.
Al comienzo estaba un poco perdido, claro era mi primer dia como "oficinista".
Una de las primeras cosas que aprendí, fue a hacer notas de crédito por devoluciones de mercaderías de los clientes. Luego de registrarla en la ficha del cliente, la archivaba en la carpeta correspondiente.
También registraba en dichas fichas, las facturas por los envíos efectuados a cada cliente.
Cada zona de Ventas, tenía su propia carpeta, es decir, por ejemplo: La ciudad de Mendoza, Godoy Cruz, Guaymallén, etc. e incluía a los clientes de cada lugar.
Cuando salían los vendedores a visitar los clientes, pasaban por la oficina y yo les tenía preparada la carpeta con toda la información.
Al principio el cambio que noté más fue el hecho de que siendo verano, no sentía el calor, ya que la oficina estaba bien ambientada, con unos ventiladores que hacían más agradable el trabajo. Lo mismo en invierno, con la calefacción.
Otra de las cosas fue también que mis manos estaban más suaves, menos percudidas por los trabajos de limpieza que hacía. Además, desayunaba sentado, con galletitas, cafecito o te calentito. Me tomaba unos minutos para hacerlo, en cambio cuando trabajaba en el salón, debía tomar mi desayuno parado, no nos sentábamos, no habían descanso (break) para eso.
Recuerdo cuando me enseñaron a trabajar en los libros contables, el Mayor, el Diario, el de Caja. Eran unos libros grandotes de muchas columnas, foliados, es decir, hojas numeradas, y pesados.
En ellos se anotaban las operaciones , según sean, iban al libro correspondiente.
Cada operación que se anotaba se llamaba: Asiento. Y debía hacerse con lapicera de tinta, había que tener cuidado, ya que si uno se equivocaba en la registración de una operación, no se podía borrar, sino que se salvaba con otro "asiento" y se arreglaba el error.
No se podía cortar ninguna hoja, ni dejar una en blanco, no para nada. Si venía un inspección de la Dirección General de Impositiva, era lo primero que pedían y revisaban.
Yo tenía mucha precaución cuando trabajaba con esos libros y felizmente no cometía muchos errores. Me aseguraba bien que lo que escribía, era lo correcto.
Esta situación me sirvió de mucho para mis estudios contables, ya que todo lo que me enseñaban en la Academia, ya lo estaba haciendo en la oficina. Era teoría y práctica a la vez. Era genial!
Cuando escribía a máquina al principio, miraba bien las teclas para no equivocarme, pero con el tiempo, y como dije antes, iba a aprender dactilografía a la Academia, tomé mucha práctica y cada vez notaba más el progreso en ese tema.
Después ni miraba el teclado, si lo hacía, seguro me equivocaba.
A medida que pasaba el tiempo me iban dando trabajos más importantes y delicados, como las declaraciones juradas en Impositiva y en la Dirección de Comercio, esto último porque debían informarse todos los ingresos y egresos del azúcar y algunos cereales.
Así que debido a eso, tuve un excelente aprendizaje en las Academias y llegué a trabajar codo a codo con el Contador.
Quién lo hubiera dicho no? Que mi vida cambiaría, como de la noche a la mañana..
Pero eso no fue todo, después sucedió algo que le dió otro cambio más importante a mi vida.
Algo increíble, impensable, sorpresivo por la situación que se planteó en la Empresa y que dió lugar para que mi vida, diera un cambio drástico, a partir de ese momento.
En la siguiente nota les cuento.
Hasta pronto.
Fotografías: Google imágines.
Que lindo. Me encanta que cuents estas experiencias, nos dejan mucha enseñanza! Gracias!
ResponderEliminarGracias Carina, son recuerdos muy lindos de mis primeras experiencias "laborales". Las disfruté mucho.
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