Hola a todos.
Continuando mi anterior nota.
Cuando empezó a chequear las cobranzas que había hecho, viendo que no quedó ninguna
factura pendiente de cobro, dijo: Muy buen trabajo hicieron por ser el primer dia Carlos.
Por su puesto le agradecí el elogio.
Dicho esto llamó a sus hijos, a la oficina.Y les dijo: Miren ustedes las ventas que ha hecho Carlos, miren, hacía mucho que en esa zona no se vendía tanto! Y las cobranzas? No quedó nada pendiente, cobraron todo.
Ellos me dijeron : Muy bien Chiquito, buen trabajo, quién lo hubiera dicho! También le preguntaron a Elías, que aún estaba ahí y él dijo que todo había sido mérito mio. Por supuesto le agradecí.
Bueno y como ya estaba todo terminado, saludé para despedirme y me dijeron que al otro dia tenía que salir de nuevo a otra zona y asi hasta que volviera Antonio.
Ok, todo bien y me fui. Parecía que iba en el aire de contento! No podía creerlo! Ya que cada vez que llegaba a un cliente, era para mi, como un juego, no un trabajo. Fui descubriendo que era diferente a lo que hacía cuando atendía un cliente en el salón, ya que ahi llegaban los clientes con el pedido casi en la mano, en el caso de visitarlos, había que esperar que el cliente chequeara su stock.
Yo me anticipaba y le iba ofreciendo , de mi lista de productos, casi cada uno de ellos, miraba la exhibición que tenía a la venta y le sugería, de los que se veía que habían pocos a la venta.
Casi sin querer, los clientes reforzaban sus pedidos y estos se iban haciendo más grandes.
Por supuesto este tipo de acción, hizo que las ventas fueran aumentando para alegría de Don Nicolás.
A mi me empezó a gustar salir a la calle como "Vendedor", sin querer, me resultaba fácil, entretenido y con un compañero como Elías, se hacía hasta divertido.
Eran pocos los dias que no salía a la Venta, para quedarme a hacer los trabajos "atrasados" que tenía en la oficina. Don Manuel tomaba parte de su tiempo para hacer parte de mi trabajo también. Pero como ya estaba bien práctico no era difícil ponerme al dia.
Salía casi 3 dias completos por semana a visitar los clientes, el resto de la semana, trabajaba en la oficina y los sábados, generalmente, colaboraba con los muchachos en el salón, ya que eran los días de más trabajo con el público.
Una vez, Andrés, que hacía el recorrido de la zona Este de Mendoza, Rivadavia, Santa Rosa, La Paz y zonas de influencias, estuvo faltando por problemas de salud, de tal forma que no había quien saliera, Antonio enfermo, Angel, atendiendo otras zona y la Caja del salón de Ventas, imposible salir. Adivinen quién tuvo que ir? Si, yo, con quién? Con Elías claro. Pero no en el Baqueano, sino en la Estanciera, que era más moderna y a mi me gustaba más.
Tenía otra presencia, qué se yo! El Baqueano no era feo, no, sólo que era una camioneta, pero estaba muy lindo.
Y saben qué? Elías me dejaba manejarlo, aunque me faltaba poco para los 18, no tenía licencia, pero él me lo daba igual. Felizmente lo hacía muy bien y él no sufría mucho cuando yo manejaba.No porque no conducía bien, sino porque, al no tener licencia, no estaba tranquilo, pero gracias a Dios se fue acostumbrando.
Cada vez que salíamos de recorrido, a las pocas cuadras, cambiábamos de lugar y continuaba majendo yo. Era un capo.
Ni se imaginan cuando subí a la Estanciera para manejarla! No podía creerlo, era el vehículo oficial del los dueños. Me sentía el nieto de Don Nicolás, mi imaginacón volaba!
Cosas de chicos nomás. Fue hermoso.
Llegamos a La Paz, a 140 kms de la Ciudad de Mendoza, casi dos horas de viaje, eran las 11 de la mañana. Y saben qué, cuando llegamos al primer cliente, era un Almacén de Ramos Generales, muy grande! Tenían ferretería, corralón, almacén y carnicería. Una Cantina donde los parroquianos iban a comerse unas picaditas, a almorzar. A la tardecita, salían del trabajo y pasaban por el "boliche, se tomaban unos vinitos o cervecitas, conversaban entre ellos, hablaban de anécdotas vividas, inquietudes laborales, de todo un poco y después seguían rumbo a sus respectivas casas.
Les quiero decir que llegamos con mucho hambre, antes de que yo le dijera a Don Elías que tenía hambre, me ganó de mano y me lo dijo él.
Nos sentamos en una mesa, luego de saludar al dueño, y como éste estaba muy ocupado, aprovechamos para desayunar.
Ellos tenían panadería, hacían unas tortitas, comunes y con chicharrones y un pan casero tan rico, grandes, inmensos. Nos pedimnos dos sandwiches de jamón crudo con queso. El jamón era casero, Dios mio, qué rico! Unas fetas increíbles, grandes y queso Pategrás, ese redondo cáscara colorada. todo puestos en unas rodajas de pan inmensas!
Bueno no se puede creer! Eso fue desayuno y almuerzo todo junto. Una barbaridad!
Cuando terminamos, el cliente ya estaba más desocupado y nos atendió. Le vendí y le cobre sus saldos, cuando le dije que descontara, del efectivo que nos daba, el valor de lo que habíamos comido, no quiso hacerlo, dijo: atención de la casa.
Por más que hicimos lo imposible para pagarle no quiso cobrarnos. Les comento que eso era casi lo que siempre nos pasaba, cuando íbamos a otros clientes de las zonas rurales, o de campaña, como se decía en esa época.
Toda gente muy hospitalaria, muy accesible, un nivel económico, muy bueno, ya que muchos tenían grandes fincas, grandes viñedos, que requerían de muchas gente para trabajarlas.
Eran una comunidad donde todos se conocían, ellos sabían cuando llegaba alguien al pueblo, un forastero, lo distinguían. Nunca supe porqué, ni cómo. Por intuición, por experiencia.
Cuando terminamos de atender a los pocos clientes que teníamos en esa zona, regresamos a la Dormida, era la hora de la siesta, los negocios cerrados, claro, entonces aprovechamos para ir a un área de descanso, un parquecito muy sombreado con un arroyo, muy lindo. Yo me quedé en la Estanciera, en el asiento de atrás y domí un poquito. Don Elías se sentó en un banco del parque y se encendió la pipa y hasta creo que se durmió un rato sentado ahí.
Rato después me lavé la cara en el arroyo , esperamos la hora de apertura de los comercios y continuamos con nuestras visitas.
Bueno la seguimos más adelante.
Hasta pronto.
Fotos: Google imágines.
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